abc - 8 hours ago

Perder las llaves o dejarlas dentro de casa es una situación que puede ocurrirle a cualquiera. No importa la edad, la experiencia o lo responsable que una persona sea: basta un descuido o un suceso inesperado para que el gesto de cerrar la puerta se convierta en un problema . Además, la frustración aumenta cuando la necesidad de entrar en la vivienda es urgente. Ante esta situación, los cerrajeros de urgencia se presentan como la solución más rápida. Sin embargo, la falta de información y la premura del momento pueden jugar en contra del cliente, que en muchos casos desconoce cuánto debería costar el servicio y qué prácticas son habituales en el sector . En este contexto, Sara Giménez , la creadora de contenido catalana conocida en redes como Sareur, ha relatado recientemente la experiencia que vivió cuando regresaba a casa y descubrió que no tenía las llaves . Lo hizo a través de un vídeo publicado en su TikTok donde explicaba, paso a paso, lo sucedido desde el momento en el que ella y su pareja llegaron al portal. «Acabamos de llegar a casa y cuando hemos llegado al portal no teníamos las llaves», detallaba visiblemente sorprendida ante la situación. Este detalle marcaba el inicio de un episodio que, según contaría después, se convirtió en una secuencia de incertidumbre, preocupación y, por último, incredulidad. «Una vecina nos ha abierto pero no podemos entrar en casa», relataba la influencer, dejando claro que no había otra opción que contactar con un servicio de cerrajería rápida . Frente a la cámara, la creadora de contenido preguntó a su pareja, la diseñadora Sofía Bustin, cuál creía que sería el coste del servicio . «250», respondió la joven. Tras llamar, la creadora de contenido no ocultó su inquietud ante una respuesta que, según explicó, no había sido del todo precisa durante la llamada. «He llamado y he preguntado cuál era el precio y me ha dicho que me lo dice antes de abrir la puerta. Suena a estafa», señaló antes de la llegada del profesional. Una vez que el cerrajero finalizó su trabajo y la puerta fue abierta, llegó el momento de confirmar el importe definitivo . La creadora recordó la cifra mencionada por su pareja: «¿Cuánto has dicho tú antes? 250», comentó mientras caminaba por la vivienda. «700, esto debe ser ilegal», señaló mientras mostraba el ticket. «Cerrajeros, decidme si nos han timado», concluyó, todavía en shock por la factura . El sector de la cerrajería es amplio y diverso y las tarifas pueden variar en función del horario, la dificultad del trabajo, el tipo de cerradura y el desplazamiento . No obstante, diversos organismos recomiendan que el precio aproximado siempre debe comunicarse antes de la intervención y que el cliente tiene derecho a solicitar una factura detallada para evitar este tipo de prácticas potencialmente abusivas . Como no existe una regulación única que establezca un precio fijo para este tipo de servicios, la transparencia y la claridad en la comunicación son esenciales para evitar malentendidos o situaciones incómodas como la que vivió la creadora de contenido catalana. En foros y redes sociales son comunes los testimonios de personas que, tras enfrentarse a un imprevisto similar, han tenido experiencias en las que las facturas superan con holgura los 800 euros. Por ello, la mejor recomendación ante una situación así es mantener la calma y, antes de llamar a un servicio externo, contactar con el seguro del hogar , ya que en muchos casos ellos podrán asistirnos e incluso, dependiendo de la póliza, cubrir total o parcialmente la intervención de un cerrajero enviado por la propia compañía.

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