eldiario - 10 hours ago

La Audiencia de Barcelona corrige a la jueza y le afea que vulnerara el derecho de defensa de los investigados al acordar la administración judicial de Cellex solo un día después de levantar el secreto de sumarioTras el rastro del “opaco entramado” en Panamá del gran mecenas catalán para saber qué ha sido de su herencia Sorpresa en el caso Cellex, la investigaci n que comanda una jueza de Barcelona para determinar si los albaceas del gran mecenas catal n, Pere Mir, dispusieron ilegalmente de su millonaria fortuna. La Audiencia de Barcelona ha dado la raz n a los tres albaceas investigados por el presunto desfalco de la herencia y ha anulado la administraci n judicial de las dos fundaciones en las que estaba distribuida la fortuna de Mir, Cellex y Mir-Puig. En un auto, adelantado por La Vanguardia y al que ha tenido acceso elDiario.es, la Audiencia de Barcelona atiende el recurso de los albaceas investigados, Jorge S., expresidente de la fundaci n Cellex, el abogado Juan Francisco C., y el onc logo y exm dico del fil ntropo Josep Tabernero, director del Vall d Hebron Institut d Oncologia (VHIO), todos ellos defendidos por el despacho Molins. Los magistrados consideran que la jueza de instrucci n vulner el derecho de defensa de los investigados al no darles tiempo de prepararse la vista judicial en la que se acord la administraci n judicial de la fundaci n Cellex, que fue intervenida, por orden de la jueza, por la conselleria de Justicia ante el presunto desfalco. La secci n 9 de la Audiencia de Barcelona destaca que la jueza, tras investigar un a o el caso bajo secreto, levant la reserva de actuaciones el 10 de abril y sin soluci n de continuidad , cit a los tres investigados un d a despu s y, en la misma fecha, acord celebrar la vista para adoptar medidas cautelares para intervenir la fundaci n. El derecho de defensa no solo exig a la informaci n sobre los hechos que son objeto de investigaci n, sino tambi n el derecho de acceso a las actuaciones, al menos en lo esencial para poder articular una oposici n eficaz , aseveran los magistrados, que reprochan a la jueza de instrucci n el escaso tiempo que dio a las defensas para prepararse la vista de medidas cautelares en la que se decidi la administraci n judicial de Cellex. En su resoluci n, los magistrados encargados de revisar las decisiones de la instructora no prejuzgan la procedencia o adecuaci n de la administraci n judicial de la fundaci n Cellex, esto es, si la intervenci n estuvo bien motivada, sino que tan solo la anulan porque la jueza no dio suficiente tiempo a los investigados para prepararse la vista de cautelares. A la vista de la complejidad del asunto , ahonda el tribunal, hubiera sido necesario que la jueza otorgara a la defensa al menos 10 d as para estudiarse los m s de 1.900 folios del caso, toda vez que no exist a una situaci n de urgencia y necesidad que justificara la celeridad en la vista. Y esto es precisamente lo que la Audiencia de Barcelona ordena a la jueza instructora m s de medio a o despu s de su decisi n: convocar, de nuevo, una vista sobre medidas cautelares, en la que la Fiscal a podr volver a pedir la administraci n judicial de Cellex, pero dando al menos diez d as de margen a las defensas para estudiar el caso. Mir, residente en Suiza desde hac a d cadas, muri sin descendencia en 2017 y manifest que todo su patrimonio deb a ir al mecenazgo y a la asistencia social en Catalunya. Antes de su muerte, las aportaciones a la fundaci n Cellex se hac an a trav s de donaciones provenientes de una de sus empresas con sede en Luxemburgo. Un extenso informe de los Mossos en la causa que investiga a los albaceas de Mir por su supuesta apropiaci n del legado del empresario qu mico ha desvelado que dinero de la venta de Derivados Forestales, la empresa en la que Mir fragu su fortuna, fue colocado en dos fundaciones en Panam , al igual que todo el patrimonio inmobiliario del empresario en Catalunya (que la polic a auton mica no ha llegado a cifrar). Seg n la jueza, la fiscal y los Mossos, Jorge S. lider la operaci n para no transferir todo el patrimonio del fallecido (que muri sin descendencia) en las sociedades paname as a las fundaciones espa olas sin nimo de lucro Cellex y Mir-Puig y dedicarlo a la investigaci n cient fica, como era la ltima voluntad de Mir. El abogado lo pudo hacer, recalcan los investigadores, gracias a su control efectivo de todo el entramado societario de los Mir-Puig a ambos lados del Atl ntico. Por el contrario, la defensa de los albaceas mantiene que solo una parte del patrimonio de Mir deb a ir a la filantrop a.

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