Saturday 1 November 2025
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abc - 2 days ago

Raquel Graña, psicóloga y sexóloga: «Cuando una pareja debe ir a terapia es cuando empieza la relación, no cuando acaba»

Vivir en piloto automático, apagando fuegos y resolviendo como se puede lo cotidiano y lo profesional puede hacer que algunas parejas se distancien y dejen soterrados y enquistados algunos conflictos que podrían resolverse simplemente mejorando la comunicación. De hecho, algo que sucede a menudo es que se tiende a escuchar menos, curiosamente, a la persona con la que se supone que tenemos más confianza. Esto se debe a que solemos prejuzgarla creyendo que sabemos lo que nos va a preguntar, lo que nos va a responder o incluso lo que va a pensar. Por eso una de las claves para reconducir esa comunicación llena de prejuicios, según propone la psicóloga y sexóloga Raquel Graña, creadora de Íntimas Conexiones ( @intimasconexiones ), es aprender a entender las emociones desde la atención y la compresión. Abordamos con ella algunas de las claves para hacerlo: ¿Cómo podemos saber si hay problemas de comunicación en la pareja? Hay muchas señales, pero es cierto que es difícil verlo cuando se está dentro de la pareja. Algunos ejemplos son: uno habla mucho y el otro, no hablan nunca de cómo se sienten o sobre qué necesitan para beneficiarse mutu hay quejas continuas, críticas, reproches y se recuerdan constantemente acciones del pasado que se echan en ambos omiten información o prefieren no hablar para evitar discu no aparece la escucha de forma activa y se comunican de forma rápida o con pan no se dedican tiempo sin distracciones en las que puedan estar solos uno con el uno de ellos o ambos creen que «hacen mucho» o «lo dan todo» mientras que el otro hace o da menos. Pero además, como no se nos enseña a comprender las emociones, no sabemos qué está sucediendo en la pareja hasta que nos desbordamos. ¿Qué consejos daría para que una pareja empiece a hablar de cómo se siente y no solo de forma superficial? A la hora de abordar una terapia de pareja hay dos claves principales. Una es comenzar a profundizar individualmente en cómo se siente cada uno, no solamente hacia la pareja, sino en todo: con el trabajo, la vida, la familia, los hobbies... Si una persona se puede comprender a sí misma, será más fácil que entienda a la otra y empatice con ella. También sería genial comenzar a compartir estos sentimientos sin que se convierta en una conversación eterna. ¿Por qué digo esto? Porque suele haber una parte que habla mucho y otra que prefiere ser más concisa. La segunda es que antes de acusar y pelear, como si el otro fuera el enemigo, es conveniente saber que la pareja no se tiene que convertir en la fantasía o en el ideal que tenemos en la cabeza. Nuestra pareja puede, si quiere, tratar de poner atención a ciertos aspectos, pero no se va a convertir en una persona que no es. Entonces, partiendo de esa base se puede hablar de qué le gustaría, o qué necesita cada uno y buscar puntos en común que sean fáciles para ambos. ¿Y qué sucede si uno de ellos se muestra reacio a mejorar la comunicación? Cuando te encuentras a personas tajantes que dicen que jamás harán esto o lo otro hay un problema. En las relaciones, tanto de pareja como en las demás, necesitamos ser flexibles, sin olvidarnos de nosotros, pero tampoco de la otra parte. Por eso ayuda tanto la terapia, porque resulta muy difícil llegar a puntos medios cuando cada uno «barre para casa». ¿Cómo se puede trabajar la comunicación respetuosa con el otro? Respirar. La clave está en respirar sin juzgar. Después de respirar, hay que escuchar de forma activa, respondiendo comprendiendo a la otra parte, no hablando desde el «yo». Si nuestra pareja nos comunica de forma amable algo que le molesta y nos duele, es conveniente decirle «ahora mismo no puedo responder, dame un ratito y después hablamos». Sé que parece idílico, pero se puede conseguir. Lo que sucede es que resulta más fácil saltar en muchas ocasiones y no hacer una pausa y una auto reflexión. Y la escucha activa, ¿Cómo se entrena? Con voluntad y con amor, tanto hacia nuestra pareja como hacia una misma o uno mismo. El primer paso es respirar y querer cambiar esta conducta. Con esto tenemos muchísimo ganado para empezar a desarrollar consciencia porque consciente o inconscientemente ya vas a poner la atención en hacerlo. ¿Qué implica pasar tiempo de calidad en pareja y cómo cultivarlo? El tiempo de calidad supone, por ejemplo, dar un paseo disfrutando de los cinco sentidos, hablar con nuestra pareja sin pantallas, ni distracciones, ni apuros, es decir, estar para el otro con atención completa. Si estamos pensando en poner la lavadora, sacar al perro, los deberes de los niños o ir al súper, no vamos a estar pasando tiempo de calidad. Un ejemplo sería sentarte con una taza de café o una infusión el fin de semana, tranquilamente en el sofá y estar el uno para el otro. Se puede hablar o simplemente estar, sentir las caricias, las miradas, la compañía, el cuidado mutuo. Igualmente un beso consciente, con pasión, no un piquito diario, automático... También es una buena opción. Son cosas muchísimo más sencillas de lo que parece. Lo que se requiere es atención, cariño y cuidado. ¿Cómo se trabaja en terapia la escucha entre ambos? Primero se necesita poner atención individual y luego se comparte con la pareja. Por ejemplo, cuando una pareja viene a terapia suelo pedir tener sesiones individuales para que cada uno se conozca a sí mismo, profundice, se comprenda y luego, si así lo decide, pueda compartirlo con su compañera o compañero de vida. No es necesario compartirlo todo, solo lo que cada parte sienta. ¿Se puede reconectar sexualmente a través de la reconexión de la comunicación? Primero se necesita recomponer la parte emocional. Si las parejas no están bien emocionalmente, no va a apetecer tener un encuentro íntimo. Es necesario restablecer las bases de confianza, de comunicación, de comprensión, de amabilidad y, una vez esto esté establecido, normalmente, la sexualidad surge de forma espontánea. También se pueden buscar juegos o prácticas con las que ambos se sientan cómodos para volver a reconectar con esa parte erótica olvidada. El ejemplo del beso apasionado, no automático, puede ayudar a conectar o incluso a sentirse como si fueran dos adolescentes. Y digo esto porque justamente esa etapa es un momento en el que era sencillo pasar un buen rato simplemente dándose besos. Muchas veces lo que necesitamos es volver al inicio donde nos sentíamos ligeros y en confianza. Por eso siempre digo que cuando una pareja debe ir a terapia es cuando empieza su relación, no cuando acaba. En ese momento es cuando se encuentran más dispuestos, más abiertos, flexibles y en armonía; incluso más comprensivos y empáticos. Si al principio conociéramos las heridas de cada uno, los patrones y las neces es probable que actuásemos de forma más armoniosa en las relaciones. ¿En qué casos sería aconsejable para una pareja probar con un retiro para mejorar la comunicación? En todos los casos. En el caso de nuestros retiros, denominados Íntimas Conexiones, curiosamente suelen venir parejas que se quieren, que necesitan tiempo para ellas y que desean estar el uno para el otro. Quieren mimarse, regalarse un espacio para ellos y salir de las distracciones diarias. Todas las parejas tienen mucho que aportar la una a la otra y pueden durar en el tiempo. Solo necesitan voluntad y conciencia de cuidado. Las relaciones no se mantienen por arte de magia, se necesita atención y amor para ello. ¿Y si la pareja se niega a ir a un retiro o a terapia? Los retiros son como la terapia de pareja, no los puedes imponer, los puedes sugerir. Puedes hablar de los beneficios, mostrar por qué supone algo tan importante y, dependiendo de la flexibilidad de la pareja, tomar una decisión.


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