Saturday 1 November 2025
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eldiario - 15 hours ago

La iglesia del tiroteo del 3 de marzo de 1976, una joya de Peña Ganchegui en Vitoria, grita por una reforma urgente

Sus tejas de pizarra se desprenden, hay goteras, elementos singulares del interior han sido alterados y se precisan intervenciones urgentes para que los daños no vayan a más, según la hija del arquitectoEl Vaticano pone condiciones a Gogora para ceder la iglesia de Zaramaga para el Memorial del 3 de marzo de 1976 A escasos cuatro meses del quincuag simo aniversario del 3 de marzo de 1976, cuando la Polic a Armada todav a franquista -a pesar de que el dictador hab a fallecido unos meses antes- acribill a tiros una asamblea obrera, con cinco fallecidos y decenas de heridos, la iglesia del barrio vitoriano de Zaramaga donde se produjeron esos hechos languidece. En algunos lugares, literalmente, se cae a pedazos. Es un templo de autor, de Luis Pe a Ganchegui, que era casi nuevo entonces. No ten a ni cinco a os. Ahora, tras a os en desuso para fines religiosos, cerrada incluso la exposici n permanente de belenes de Navidad que acog a y a expensas de que se pueda transformar en el prometido Memorial, sus tejas de pizarra se desprenden, hay goteras, elementos singulares del interior han sido alterados y se precisan intervenciones urgentes para que los da os no vayan a m s. Roc o Pe a, hija del arquitecto de San Francisco de As s, que es como se llama el espacio, la historiadora del arte Larraitz Arretxea y Mario Sangalli, del archivo Pe a Ganchegui, presentaron en la noche de este jueves en Vitoria, pero no en el edificio, un libro monogr fico sobre el lugar. Congregaron a varias docenas de personas en el museo BiBat, de naipes y arqueolog a y en el marco de la bienal de arquitectura Mugak. Recoge la publicaci n informaci n sobre su construcci n y recorre otros proyectos del dise ador, uno de los referentes de la arquitectura vasca moderna. Pe a Ganchegui, fallecido en 2009, es autor tambi n de la plaza de la Trinidad en Donostia, o del espacio en torno al Peine del Viento. En Vitoria lleva su firma la plaza de Los Fueros y en Eibar la reforma del Ayuntamiento. Y hay edificios de viviendas de su factura en variados municipios. Tejas cayéndose en la iglesia de Zaramaga Pe a, Arretxea y Sangalli pusieron en valor la propia concepci n de la iglesia. Era un templo cat lico, s , pero se alejaba de la planta latina cl sica y abrazaba la renovaci n aceptada en el Concilio Vaticano II. Es un edificio cuadrado, que imita en su interior la plaza porticada de Espa a, la del Ayuntamiento, la del centro de la ciudad. Est cubierto con pizarra a cuatro aguas salvo por un gran lucernario central, a modo de diamante y probado por Pe a Ganchegui en Eibar y en otros bloques de viviendas. Era m s una plaza que un templo al uso, insisten quienes preservan el legado de quien lo concibi . Los confesionarios eran comunitarios , ten a un grader o detr s del altar para la m sica, el sacerdote cruzaba las bancadas desde la sacrist a para mezclarse con los feligreses y en los p rticos hab a espacios para hacer actividades. Si acogi a los perseguidos [en huelga en 1976] era porque era una iglesia abierta y obrera, un espacio para hablar , explica la hija de Pe a Ganchegui. Era cuadrado por fuera, s , pero todas sus formas interiores eran de rasgos sinuosos. Un templo cat lico, en efecto, ha acabado como s mbolo de la resistencia antifranquista tras una masacre que traspas fronteras. Las asociaciones Martxoak 3 o Memoria Gara, parte del patronato del futuro Memorial, velan por su preservaci n y se da la paradoja de que cuestionan que la propia Iglesia haya cuidado elementos singulares como una pila bautismal que parece un pozo. El Estado ha anunciado ya que declarar el espacio como lugar de memoria democr tica, al mismo nivel que Gernika, por ejemplo. Pero a nivel municipal y auton mico la protecci n del lugar no es, ni mucho menos, la m s alta posible. El 3 de marzo de 1976 se sald con tres fallecidos, Francisco Aznar (17 a os) y Pedro Mar a Mart nez Ocio en Zaramaga y Romualdo Barroso, un joven extreme o, en el hospital. D as despu s murieron Jos Castillo y Bienvenido Pereda en Vitoria. Pero, en protestas por lo sucedido en Vitoria en otros lugares, la Polic a mat tambi n a Vicente Ant n (Basauri), Juan Gabriel Rodrigo (Tarragona) y Mario Marotta (Roma). El 3 de marzo de 1976 es la fundaci n de la Vitoria obrerista y el final de una ciudad que arrastraba el sambenito de ser la primera conquistada tras el golpe de Estado de 1936 y en el que el primer franquismo permiti la llegada de sus aliados nazis alemanes y fascistas italianos, desde donde acometieron operaciones como el bombardeo de Gernika. En lo espiritual, aquel primer franquismo, de la mano de los ministerios instalados en la ciudad, los de Educaci n y Justicia, lleg a organizar una exposici n internacional de Arte Sacro para glorificar al r gimen y humillar a sus enemigos. Por Vitoria pas tambi n con motivo de ese evento el mariscal colaboracionista franc s Philippe P tain, que en pocos meses pasar a a ser jefe del Estado t tere en la Francia ocupada por los nazis. Enseres en el interior del templo El proyecto de San Francisco de As s es de 1968. El templo se alinea en el mapa con otras dos iglesias modernistas de la poca, Los A ngeles y Coronaci n, proyectadas para dar servicio a los nuevos barrios de aluvi n, llenos de trabajadores de otras partes de Espa a que cambiaron la sociolog a de la ciudad. Fueron ellos los huelguistas de 1976 que acabaron reprimidos. El templo se inaugur en mayo de 1971. Inicialmente, flotaba al estar rodeada de un estanque de agua que generaba ese efecto visual. Es otro de los elementos desaparecidos. Era un edificio polivalente que termin como resguardo pretendidamente seguro de las asambleas obreras, aunque los grises no dudaron en asaltarlo con fuego real. Pero ahora est enfermo. No es ya que muchos de sus dise os originales han sido alterados, sino que su conservaci n es deficiente. En 2021, las instituciones y el Obispado acordaron reconvertirlo en Memorial y se fij 2026, el momento de los 50 a os de los sucesos, como hito para su puesta en marcha. No parece posible. El lustro se est agotando y los avances son m nimos. Desde 2015 ya no est dedicado al culto y desde 2020 no tiene actividad p blica. Hasta entonces hab a una exposici n permanente de belenes de Navidad. Uno de ellos, sobre el altar, es de gran tama o y de cierta relevancia art stica y el resto estaban en expositores m s peque os. Esos pesebres, en gran medida, est n ya desmontados y listos para una nueva ubicaci n. Pero ah ha surgido un bloqueo. La Iglesia cat lica -incluido el Vaticano- han pedido a las instituciones que les garanticen un espacio expositivo alternativo y que, de lo contrario, no dar n las llaves para el Memorial. El asunto se ha enconado. Las ltimas noticias apuntan a que hay una nueva oferta de locales en Salburua para la exposici n. Terminar la pugna por los belenes? Sangalli, en el acto p blico, se al claramente que hay que acometer obras urgentes . Cualquier fen meno meteorol gico adverso da a m s y m s las estructuras. Sucedi con la gran tempestad de hace un par de veranos. Explica que hay tramos de envolvente completamente arruinados y goteras esperando una intervenci n . Pide que se deje el debate absurdo sobre los nacimientos y que se acceda ya a una intervenci n m nima aunque sea para que no siga el deterioro . Cada invierno va a peor , avisa Sangalli sobre la temporada que se avecina antes del aniversario redondo. E implora: Estamos perdiendo el tiempo . El Instituto de la Memoria (Gogora) tiene ya un presupuesto para esas primeras obras, sobre todo en el tejado. Pero esos trabajos anunciados antes del verano a n no est n en marcha fruto, en buena medida, de la batalla con la Iglesia cat lica. Asimismo, cualquier trabajo tiene que preservar las huellas de 1976, b sicamente los impactos de bala. Los restos tienen que quedar ah . Hay que buscar el equilibrio entre la puesta en valor del patrimonio y el homenaje y recuerdo a las v ctimas , estiman desde el entorno de Pe a Ganchegui. Su hija, por ejemplo, no oculta su deseo de recuperar el agua. Ella duda claramente de que el 3 de marzo de 2026 est la reforma completada, aunque apela a que al menos se pueda celebrar un gran acto en el interior de San Francisco de As s. Libros sobre la iglesia de Peña Ganchegui


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