Wednesday 29 October 2025
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abc - 11 hours ago

El Papa reúne a líderes de todas las religiones para reclamar la paz en el mundo

A los pies del Arco de Constantino, que en el siglo IV alzó el Senado romano para conmemorar la victoria de ese emperador sobre Majencio en la batalla del Puente Milvio , el Papa ha comparecido junto a representantes de todas las religiones para lanzar un mensaje de paz. En el que ha sido el primer encuentro interreligioso de su pontificado, ante el representante del Patriarca de Moscú, rabinos de Israel o el ministro de asuntos religiosos de Indonesia, ha dicho que «la guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es lo que quiere Dios». Según los organizadores, el movimiento católico la Comunidad de San Egidio, había casi 300 exponentes de varias religiones , desde rabinos judíos hasta imanes musulmanes y obispos católicos, protestantes y ortodoxos, junto a representantes del hinduismo, el budismo, el sijismo, el zoroastrismo o el taoísmo, entre otras. Los acompañaban y aplaudían unas 10.000 personas, procedentes de 50 países. El Papa ha llegado al centro de Roma mientras atardecía en la Ciudad Eterna. Mientras creyentes de cada religión rezaban por su cuenta en lugares diferentes para implorar la paz, el Papa rezado dentro del Coliseo con los cristianos. Participaban el metropolita Antonij de Volokolamsk, representante del Patriarca ortodoxo de Moscú; el danés Henryk Stubkjær, que preside la Federación Luterana M o el patriarca de Alejandría Theodoros II , Papa de la Iglesia copta. En ese escenario, ante todos ellos, se han elevado oraciones en voz alta por conflictos olvidados y conocidos. Han rezado por la paz en Ucrania, en Yemen, en Tierra Santa, en Oriente Medio y en Gaza pero también en Afganistán, en Kivu (República Democrática del Congo), en Etiopía, en Somalia, en Haití y en Libia. Han pedido por los acuerdos de paz en Colombia, por las víctimas de la violencia causada por el narcotráfico en México, por el fin del terrorismo en Nigeria y en el Sahel, por quienes mueren a causa de la circulación de armas en EE.UU., y por la liberación de todas las personas secuestradas. Han recordado también a Myanmar, al norte de Mozambique y las guerras civiles en Sudán y Sudán del Sur. «Dios, rompe las cadenas del odio, y concédenos que veamos escuchada nuestra invocación», ha rezado el Papa. Una vez concluida la oración con cristianos, desde allí, León XIV se ha trasladado hasta el Arco de Constantino para el encuentro interreligioso propiamente dicho. Este tipo de encuentros no se celebran en lugares religiosos ni incluyen oraciones, para evitar confusiones o sincretismos. Asimismo, aunque el Papa estaba sentado en el centro, el resto de participantes -rabinos, cardenales, muftíes, patriarcas ortodoxos, líderes sikh, pastores luteranos, etc.-, estaban a su misma altura. Juntos han escuchado el testimonio de un médico de Sudán que hace dos años tuvo que escapar de su patria a causa de la guerra y que ha llegado a Europa a través de uno de los corredores humanitarios organizados en los últimos meses. «En mi país he visto muerte por todas partes: cuerpos sin vida en las calles, gente llorando, corriendo sin nada más que el miedo en sus manos. Lo dejé todo atrás: mi casa, mis sueños, la gente a la que quería. Ahora, por primera vez en dos años, he vuelto a dormir sin miedo», les ha explicado Omer Malla Ali, de 31 años, sin revelar su religión. Cuando ha terminado de hablar, se ha dejado un minuto de silencio en memoria de las víctimas de las guerras. Luego ha hablado el Papa. «Los conflictos están presentes allí donde hay vida, pero la guerra no ayuda ni a afrontarlos ni a resolverlos. La paz consiste en un camino de reconciliación permanente», les ha dicho. «El mundo necesita una verdadera y sólida época de reconciliación que ponga fin a la prevaricación, al despliegue de fuerza y a la indiferencia ante el Derecho». Hablando sobre el encuentro, ha dicho que «la oración es una apertura del corazón, no consiste en gritar palabras, ni en comportamientos exhibidos o eslóganes religiosos utilizados contra las criaturas de Dios». A continuación, ha pedido «que los lugares de oración sean lugares de encuentro, santuarios de reconciliación, oasis de paz. La guerra nunca es santa, sólo la paz es santa, porque es lo que quiere Dios». Precisamente este martes se cumplen 60 años del documento del Concilio Vaticano II «Nostra aetate», el primer texto de la Iglesia católica sobre el resto de religiones, que marcó una nueva etapa en las relaciones con ellas, por decir que «considera con sincero respeto sus modos de obrar y de vivir». La declaración condenó ya entonces «el odio, la persecución y las manifestaciones de antisemitismo que, en cualquier momento y por cualquier persona, se hayan dirigido contra los judíos» y recordó la especial relación del Cristianismo con la religión judía. Cuando fue publicada en 1965, algunos sectores católicos la criticaron duramente pues consideraban que la relación con creyentes de otras religiones debía limitarse a intentar bautizarlos. «Todos los creyentes son hermanos. Y las religiones, como hermanas , deben favorecer que las personas se traten como hermanos, no como enemigos. Gracias por haber venido a rezar por la paz, mostrando al mundo lo decisiva que es la oración», les ha dicho este martes el Papa. Para conmemorar la «Nostra aetate» , León XIV tiene previsto encontrarse con muchos de ellos de nuevo este mismo martes a última hora del día, en la gran sala de audiencias del Vaticano. La idea es reflexionar juntos sobre cómo esa declaración rompió las suspicacias entre la Iglesia católica y las demás religiones y contribuyó a marginar y desactivar a quienes instrumentalizan la religión para justificar las guerras.


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