Tuesday 28 October 2025
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eldiario - 3 days ago

Toneladas de explosivos detonadas en la selva: dentro del desarme de un grupo disidente de las FARC en Colombia

En la Amazonía colombiana, la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano entregó 14 toneladas de material bélico al Gobierno, el avance más tangible hasta ahora del intento de Gustavo Petro por poner fin a seis décadas de guerraEl sueño de la ‘paz total’ de Petro se encamina al precipicio en Colombia En alg n lugar secreto de la selva del Putumayo, en la Amazon a colombiana, el Ej rcito hizo volar por los aires cuatro toneladas de explosivos, granadas, morteros y balas. Hasta hace pocos d as, ese arsenal estaba en manos de la Coordinadora Nacional Ej rcito Bolivariano (CNEB), un grupo armado surgido de la extinta guerrilla de las FARC. No se trataba de una exitosa operaci n militar: fue la misma guerrilla la que entreg 14 toneladas de sus armas como un gesto de paz en la negociaci n con el Gobierno presidido por Gustavo Petro. Es el avance m s tangible que ha dado hasta ahora la denominada paz total , una de las pol ticas bandera del presidente colombiano, cuya idea es negociar la paz con diferentes grupos y bandas armadas al mismo tiempo y que de momento ha dado escasos resultados. Las autoridades lo celebraron por todo lo alto. El 15 de octubre, ministros, altos cargos y el mismo Petro viajaron hasta un instituto en el municipio de Puerto As s no muy lejos de donde ocurri la explosi n para presentar el hito en una pantalla gigante. Cientos de personas acudieron euf ricas: se trata de la primera muestra concreta de paz en su territorio desde la firma del acuerdo con las FARC en 2016. Significa tambi n una posible tregua en la violencia cotidiana: con los explosivos destruidos podr an haberse fabricado hasta 27.500 minas antipersona, seg n datos oficiales. Vamos a avanzar a pesar de la adversidad. Hoy no solamente destruimos explosivos, sino que sembramos paz, esperanza y sue os , declar el ministro de Defensa, Pedro S nchez. El comandante de la CNEB, Walter Mendoza (i); el presidente colombiano Gustavo Petro (c); y el jefe del equipo negociador del Gobierno, Armando Novoa (d). En un pa s donde los procesos de paz suelen naufragar entre la desconfianza y las balas, la destrucci n de este arsenal de guerra es hasta ahora el avance m s visible del Gobierno de Petro en su promesa de poner fin a un conflicto que, a nivel nacional, ha dejado m s de 450.000 muertos en seis d cadas. Si bien la CNEB no est entre las guerrillas m s poderosas del pa s, cuenta con unos 2.500 combatientes y controla extensas zonas en la frontera con Ecuador. All , la CNEB aprovecha la ausencia del Estado para controlar la miner a ilegal de oro y colt n, ejercer el control sobre la poblaci n y extorsionar a empresarios. Sus dominios abarcan tambi n las jugosas rentas del narcotr fico: Putumayo y Nari o son los departamentos con mayor superficie de hoja de coca de Colombia, sumando entre ambos alrededor de 115.000 hect reas, un rea similar a la ciudad de C rdoba. La gente desea que el proceso de paz siga adelante. Nosotras, como mujeres y lideresas, no podemos seguir pariendo hijos para la guerra Sandra Lagos — Presidenta de la organización Asojuntas Puerto Asís Casi la mitad de los habitantes de Putumayo han sido v ctimas del con y muchos de sus habitantes deben convivir con la crudeza del reclutamiento forzado y el asesinato de l deres sociales. Por eso, para los putumayenses, el gesto de la CNEB permite so ar con una paz que los ha evadido durante d cadas. Ya los ataques contra los civiles han bajado desde que la CNEB y el Gobierno est n en di logo. La gente desea que el proceso de paz siga adelante. Nosotras, como mujeres y lideresas, no podemos seguir pariendo hijos para la guerra , dice Sandra Lagos, presidenta de Asojuntas Puerto As s, una organizaci n que re ne a las asociaciones vecinales del municipio. Pero necesitamos que inviten a la mesa a las comunidades, porque nuestro problema es tambi n la corrupci n y la falta de inversi n social , a ade. Los aplausos se detienen cuando el comandante de la CNEB, Walter Mendoza, sube al estrado a dar su discurso en el sofocante calor del polideportivo. Todav a quedan dudas: no se sabe cu ntas armas conserva la guerrilla, ni si parte del arsenal entregado era simplemente material obsoleto. A medida que se vaya avanzando, veremos las posibilidades de entregar m s material de guerra , explica Mendoza a elDiario.es. Pero el problema no son las armas: es que el Estado nunca ha solucionado los problemas del pueblo colombiano. No ha cesado la represi n; nunca ha hecho la reforma agraria in nunca ha construido las carreteras necesarias. Estos son territorios muy abandonados por el Estado . A la paz se le acaba el tiempo El xito en Putumayo y Nari o contrasta con el deterioro de la seguridad en el resto del pa s. A su llegada al poder en 2022, Petro prometi acabar con la guerra negociando simult neamente con todos los grupos armados. Pero a menos de un a o de terminar su mandato, este es apenas el segundo proceso de desarme que se concreta, despu s del realizado con el Frente Comuneros del Sur, un grupo con poco m s de 200 integrantes. Muchos grupos no tienen incentivos reales para negociar. Buscan mantener el control territorial frente a sus rivales Gerson Arias — Investigador de la Fundación Ideas para la Paz Los dem s di logos avanzan con lentitud o est n suspendidos. La violencia del ELN, el Clan del Golfo y otras disidencias de las FARC han repuntado en diferentes zonas del pa s. A principios de a o, el Gobierno mir con impotencia mientras una cruenta guerra estallaba entre dos grupos armados en la frontera con Venezuela. El resultado fue una crisis humanitaria sin precedentes: casi 65.000 personas tuvieron que huir de sus hogares en apenas tres meses. El Gobierno ha restringido el uso de la fuerza para no dinamitar las diez mesas de di logo que tiene abiertas , explica a elDiario.es Gerson Arias, investigador de la Fundaci n Ideas para la Paz. Pero muchos grupos no tienen incentivos reales para negociar. Buscan mantener el control territorial frente a sus rivales. Los di logos les han servido para fortalecerse y ganar reconocimiento pol tico . Destrucción de material de guerra de la guerrilla CNEB. Arias sintetiza as una paradoja que resume el momento actual: los di logos que deber an debilitar la guerra parecen, en algunos casos, darle ox geno. Seg n cifras oficiales, el n mero total de combatientes ilegales ha crecido un 45% desde el 2022. El Gobierno, no obstante, insiste en que el proceso con la CNEB demuestra que la paz total s puede funcionar. Estos avances se miran con cierto desd n, pero estamos construyendo la ruta hacia la paz , sostiene Armando Novoa, jefe del equipo negociador del Gobierno. En nuestro caso, el CNEB no se ha fortalecido por culpa del di logo. Poco a poco las comunidades han logrado recuperar parte de su tranquilidad . Una persona durante el anuncio de destrucción de material de guerra en Puerto Asís. Aun as , el reloj pol tico juega en contra. A Petro le queda menos de un a o de mandato y necesita mostrar resultados visibles, dice O scar Chal , investigador de la Fundaci n Pares. El proceso en Putumayo es un avance significativo, pero oculta las graves carencias que tiene la paz total . Negociar exitosamente con 20 grupos armados al mismo tiempo es imposible para el Estado. Lo que queda son los procesos de paz locales, con grupos fragmentados , indica. Mientras tanto, el recrudecimiento de la violencia est siendo aprovechado por candidatos de derecha que, nombrando como referente al presidente salvadore o Nayib Bukele, prometen la victoria de la mano dura en las elecciones de 2026. Viene un discurso de seguridad m s radical. Si el progresismo no gana, la mayor a de estos procesos de paz se cancelar an. De las primeras acciones de un gobierno de derecha ser a levantar todas estas mesas y lanzar una avanzada militar , vaticina Chal .


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