Tuesday 28 October 2025
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abc - 3 days ago

De los ocho fueras de juego de Mbappé, al mejor Kylian: el clásico de las cuentas pendientes

Hace justo un año, exactamente 365 días, el 26 de octubre de 2024, el Barcelona de Flick se llevaba por delante al Madrid de Ancelotti en un clásico en el Bernabéu (0-4) que señalaba el camino de lo que iba a ser la temporada para ambos clubes. Cierto es que el resultado fue algo engañoso. En la primera mitad, el equipo de Carlo fue mejor y mereció marcharse al descanso en ventaja, pero ese análisis no casa con la historia del Madrid, cuyo estilo es ganar. De un modo o de otro. Pero ganar. Y en el curso 24-25 acabaron sucumbiendo los cuatro clásicos, dos de ellos por paliza. Todo comenzó en esa aciaga noche del 26 de octubre de hace 365 días, en un partido que dejó en la diana a Mbappé . Y a más jugadores, además de Ancelotti, pero las expectativas con el francés siempre han sido tan elevadas que el enfado fue morrocotudo. Hasta ocho veces cayó el francés en fuera de juego (con dos goles anulados), para un total de doce posiciones antirreglamentarias del Madrid. Era la prueba real que necesitaba el Barcelona para creerse, si es que no lo había hecho ya, que el suicida sistema de Flick era una bendición para un equipo que se quedó muy cerca del triplete. Insistir en dejar al rival en fuera de juego, como hacía el Milán de Sacchi en la década de los ochenta, revolucionó el fútbol español y europeo la pasada temporada, con Mbappé como una de sus mayores víctimas. Los números están ahí. La pasada temporada, el Barcelona dejó en fuera de juego a sus rivales en casi 300 ocasiones, entre todas las competiciones. En Liga fueron un total de 181 fueras de juego, para una media final de 4,7 por partido. Un dato que fue bajando progresivamente conforme los rivales aprendieron a jugar contra el Barça. Los primeros meses, las cifras fueron mucho más potentes. El Barça llegó al clásico de la pasada temporada tras nueve jornadas de Liga en las que dejó a sus oponentes en 65 ocasiones en fuera de juego, a una media de 7,1 por encuentro. Y fue justo en la jornada diez, en la misma que este año visita el Bernabéu , en la que logró el mayor dato de la temporadas, con esa docena de fueras de juego antes mencionada. «Antes del fuera de juego tenemos que hacer muchas más cosas, como llegar bien a las líneas de pase. Habrá pequeños detalles fundamentales que pueden marcar las diferencias en estos partidos», argumenta Xabi. «Tenemos que hacer las cosas bien, ejercer presión con y sin balón, subir la línea si es necesario... pero no cambiaremos nuestra forma de hacer, no nos ayudaría», comentó ayer Marcus Sorg, el segundo de Flick, que antes del partido de Champions contra el Oympiacos del pasado martes también analizó los problemas del Barça de esta temporada al tirar la línea: «Siempre hablo del posicionamiento, de estar bien situados. Si estás muy lejos, pierdes porque has de correr demasiado. Esto te mata en defensa. Hay que presionar y mejorar en el posicionamiento». En lo que va de campaña, el Barça mantiene la media de fueras de juego con la que acabó el curso pasado. De hecho, lo mejora mínimamente (4,8), pero esta comparación no es correcta. A estas alturas de la temporada, lleva una veintena menos de posiciones antirreglamentarias provocadas, y por ahí se explica la derrota ante el PSG en Champions, la goleada sufrida ante el Sevilla en el Pizjuán y el empate en Vallecas frente al Rayo. Partidos todos ellos de mucho sufrimiento en los balones a la espalda, con una línea defensiva mal ejecutada y coordinada. Algo habitual esta temporada, incluso en partidos que ha acabado ganando, como contra el Girona, la Real Sociedad o el Levante. El adiós de Íñigo Martínez, el futbolista que lideraba este plan de Flick, ha hecho daño al sello de identidad del alemán, pero no es la única causa. Más distancias entre líneas, menos intensidad en la presión y errores individuales están lastrando a un Barcelona que no llega como llegó el año pasado al Bernabéu. Por ahí tiene el Madrid la oportunidad de cobrarse facturas pendientes, pero para eso necesita a un Mbappé de escuadra y cartabón. Kylian ha mejorado bastante a la hora de atacar las defensas rivales. Su asociación con Arda ha ayudado al francés a consumar un inicio de temporada brillante, pero sigue cayendo demasiadas veces en fuera de juego. El año pasado fueron 31 , para un total de 25 en Liga, de los que 17 sucedieron en sus primeras diez jornadas. Números similares a los que tuvo en su última temporada en el PSG, con 32 situaciones de fuera de juego. Y este curso, lleva 12 (9 en Liga y 3 en Champions), a uno por partido, lo que le haría irse a un montante final de alrededor de 50. Aún así los goles se le caen de los bolsillos. 15 en total, 12 en Liga y 3 en Champions, en solo 12 partidos. ¿Cómo serían esos números con unos registros más comedidos en posiciones de fuera de juego? Bastante más altos aún, pero también es verdad que no hay nada que reprochar al Mbappé de esta temporada, que esta tarde tiene una gran oportunidad de enterrar para siempre el partido de hace un año y lograr su primera victoria contra el Barça con la camiseta del Madrid. Hoy toca clásico, el clásico del fuera de juego.


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