Thursday 30 October 2025
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eldiario - 3 days ago

Franquismo, dimisión

Con nuestra historia negada, manipulada o aceptada de manera pazguata, ¿cuánto de franquismo queda, cuánto franquismo sigue corriendo por el sistema circulatorio mayor y menor de nuestra democracia?Opinión - Los cocineros de la corte Desde la zona cero del franquismo actual, h bilmente disfrazado con vestiduras democr ticas, pongamos que en Madrid, se ha afirmado con recochineo que el dictador Francisco Franco muri en la cama: ten a raz n la que lo dijo. Era un debate/combate sobre la declaraci n de Lugar de la Memoria Democr tica a la antigua sede de la Direcci n General de Seguridad, hoy sede de la Presidencia del Gobierno de Madrid, sede central del aparato torturador de aquel desdichado r gimen. En realidad, ahora que se festejan los 50 a os del fallecimiento del dictador y tirano, si no hubiera muerto seguir a vivo, que dir a Mariano Rajoy, y con l aquel r gimen. Quiz no ya tanto porque Franco tuviera muchas fuerzas sino porque el franquismo hab a superado a su autor y la oposici n apenas pasaba de unos pocos valerosos resistentes, sobre todo sindicalistas, perif ricos, comunistas y, singularmente, CCOO. De aquellos a os ltimos de la convalecencia del caudillo y hasta que se aprob la Constituci n apenas se habla, sin embargo, el panorama en absoluto fue id lico sino m s bien de violencia en todos los sentidos y de una resistencia, con las excepciones se aladas, amable y posibilista. La operaci n desde dentro del franquismo fue mucho m s poderosa que la de los dem cratas y de la primera se puede decir que estaba sabiamente dirigida desde el exterior, temerosos de que al final el pueblo decidiera imponerse. En 1976, se celebró un referéndum con las leyes de entonces para la llamada reforma política y, luego, con las mismas herramientas, la ley entró vigor. Una ley de la que los arquitectos del nuevo régimen se encargaron en recalcar su carácter fundamental En realidad, los antidem cratas siempre temen al pueblo, por eso son tan crueles y criminales contra todo lo que suene a democracia. En aquellos a os, los mandarines decidieron, sin embargo, porque necesitaban integrarse en el mundo que nos rodea, que algo, un poco de democracia ten a que haber, como concedieron los contrarrevolucionarios franceses en 1814. Inmediatamente despu s de finar el cuerpo mortal, el rey jur los Principios del Movimiento del cuerpo vivo y, no es curiosidad, se apresur a conceder agradecido un ducado y un se or o a los familiares del aut crata. En 1976, se celebr un refer ndum con las leyes de entonces para la llamada reforma pol tica y, luego, con las mismas herramientas, la ley entr vigor. Una ley de la que los arquitectos del nuevo r gimen se encargaron de recalcar su car cter fundamental, es decir, org nico de aquella a n democracia org nica. En aquella ley, que algunos se resisten en no reconocer fundamental para lo que luego vino y que se consuelan crey ndose constituyentes, ya ven a el rey, la monarqu a, con un lacito. Toda la oposici n al franquismo acab acept ndola y con ella, sus consecuencias. Ese fue el gran momento constituyente del nuevo r gimen, el del 77, que el del 78 afin lo que pudo, siempre con muchos de sus protagonistas gravemente amenazados, manu militari. Ya se estaba trabajando con la Iglesia, los llamados concordatos, y con los jueces, que pasaron de un d a para otro del Tribunal de Orden P blico a la Audiencia Nacional, como pocos a os antes, el primero hab a sucedido al Tribunal Especial para la Represi n de la Masoner a y el Comunismo. El r gimen mismo se dio cuenta de que con ese nombre no se pod a uno presentar en ninguna parte, pero eran los mismos. Hemos llegado a 2025 festejando cosas pero, al mismo tiempo, institucionalmente acobardados ante el reto de afrontar una segunda Transición, ya podríamos ir por la tercera Seg n Justicia Democr tica, nico semillero de democracia judicial en aquellos tiempos, solo un 20% entre jueces, fiscales y secretarios judiciales se pod an considerar dem cratas. Como solo una corajuda minor a de militares, la UMD, pod a considerarse dem crata en la milicia de Franco (qu envidia nos daban los militares de Portugal). Por supuesto que fueron excluidos de aquella amnist a transicionaria, tambi n glorificada, que m s bien fue una ley de punto final para las atrocidades del franquismo. En la prensa del Movimiento se produjo un milagroso proceso de conversi n/adaptaci n a la democracia de sus cabecillas que a n persiste y dan clases de libertad de expresi n y opini n en foros y mentideros suavones. Y as podr amos seguir. Hemos llegado a 2025 festejando cosas pero, al mismo tiempo, institucionalmente acobardados ante el reto de afrontar una segunda Transici n, ya podr amos ir por la tercera. La sola menci n de tal posibilidad ya produce escalofr os ante la reacci n de los poderes profundos cada d a menos ocultos y la partitocracia dome ada. Quiz porque en esta democracia continuista, la Transici n est tan bien atada como el franquismo lo estuvo. La pregunta es, con nuestra historia negada, manipulada o aceptada de manera pazguata, cu nto de franquismo queda? No en un n mero demosc pico sino en las instituciones, pero sobre todo cu nto franquismo sigue corriendo por el sistema circulatorio mayor y menor de nuestra democracia? Por eso, el Gobierno adem s de festejar deber a proponer un tratamiento no privatizado de choque para mejorar un sistema que tiene mucho trombo del pasado.


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