eldiario - 20 hours ago

Con ese personal y sin un trabajo de preparación eficaz, tal vez imposible por falta de argumentos sólidos, el PP ha cosechado en el Senado un nuevo fracaso que, por mucho que su poderosa escuadra mediática se esfuerce en disfrazar, se añadirá al ya largo debe de su líder, Alberto Núñez Feijóo, cada vez más debilitado y desdibujado A la vista de los fracasos sucesivos, y sistem ticos, de las iniciativas de oposici n que ha venido adoptando el PP desde el inicio de la legislatura, cabe preguntarse si un partido y sus l deres, que se han creado una imagen de incompetentes sin remedio, pueden aspirar a ganar unas elecciones. Por muy bien que les vayan los sondeos o, mejor dicho, por mucho xito que les auguren las encuestas menos fiables que hoy circulan en la escena p blica. El ltimo episodio de esta triste marcha hacia la nada ha sido la comparecencia del presidente S nchez en la comisi n de investigaci n sobre los casos de corrupci n en el PSOE que el PP ha organizado en su feudo parlamentario, el Senado. Con todo a su favor, incluido un presidente de dicha comisi n escorado hasta la indecencia contra el l der socialista, la derecha ha fracasado clamorosamente en su intento. S nchez no ha salido ni m nimamente herido del encuentro y los portavoces del PP, que Alberto N ez Feij o estaba convencido de que hundir an en la miseria al presidente del gobierno, han aparecido como unos pol ticos de muy escasa altura, incapaces de ir m s all de la denuncia sin pruebas y del insulto. Se dir que los senadores que han actuado este jueves en el Senado no son las primeras espadas del partido, pero lo malo es que han mostrado una mediocridad tan grande que por mucho que las figuras del PP sean mejores que ellos, la diferencia cualitativa no puede ser tanta como para convertirlos en eminencias. M rese si no a lo que dan de s Miguel Tellado o Cuca Gamarra. Con ese personal y sin un trabajo de preparaci n eficaz, tal vez imposible por falta de argumentos s lidos, el PP ha cosechado en el Senado un nuevo fracaso que, por mucho que su poderosa escuadra medi tica se esfuerce en disfrazar, se a adir al ya largo debe de su l der, Alberto N ez Feij o, cada vez m s debilitado y desdibujado. Tanto que se podr a sugerir que al pol tico gallego le queda poco tiempo en el cargo. Si no fuera porque cambiar de cabeza de la lista electoral a un a o, o a o y medio de las elecciones, fuera considerado algo parecido a un suicidio por parte de cualquier experto. O porque en el horizonte no se vislumbra ninguna alternativa clara a ocupar ese puesto y el nombre de Isabel D az Ayuso es demasiado conflictivo dentro del PP como para atribuirle en este momento posibilidades serias de triunfar en ese empe o. Pero si Feij o sigue equivoc ndose, y ya lo ha hecho unas cuantas veces, hasta esas seguridades de partida podr an cambiar. Es dif cil saber qu posici n ocupa Jos Mar a Aznar dentro del PP. Si es la referencia ltima sin cuyo visto bueno nadie puede dar un paso importante o si el hacedor de todas las operaciones de calado. Pero no hay duda de que es un personaje tan importante que nadie dentro del partido se ha atrevido hasta ahora a criticarle y menos a mostrarse en desacuerdo con sus opiniones. Pues bien, esta misma semana, en una entrevista en Onda Cero, Aznar ha dado un repaso sin citarle a buena parte de lo que Feij o viene haciendo o sugiriendo. Ha dicho que en estos momentos no ve factible una moci n de censura para convocar elecciones y ha rechazado en t rminos muy tajantes cualquier posibilidad de un pacto con Puigdemont y Junts. Adem s, ha advertido de que un eventual pacto con Vox para gobernar no es ineluctable, que l est en contra de los populismos y ha criticado a quienes proponen expulsar a los emigrantes porque a ver qui n hace el trabajo que hacen ellos . Eso a los pocos d as de que Feij o se sacara de la manga una pol tica antiinmigraci n no muy distinta de la Vox. De la que, por cierto, nadie ha vuelto a hablar en el PP. Aunque este tipo de desavenencias suelen perder dramatismo con el paso del tiempo, est claro que el mensaje de Aznar, tan preciso y variopinto, es una advertencia muy clara para Feij o. De lo que se deduce que entre unas y otras cosas, en G nova no deben estar precisamente tranquilos. Y encima Pedro S nchez no deja de sonre r.

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