eldiario - 15 hours ago

Ninguno de los aliados parlamentarios cree que el último órdago de Puigdemont aboque al fin de una legislatura que el PNV sí atisba en fase de agonía Puigdemont, tras romper con Sánchez: “No ayudaremos a este Gobierno ni a ningún otro que no ayude a Catalunya” El ltimo intento de golpe de efecto de Carles Puigdemont no hizo mover una ceja ni al Gobierno ni al conjunto de sus aliados parlamentarios. Ya sea porque el exceso de pirotecnia en la forma de hacer pol tica del expresident ha perdido definitivamente impacto con el paso del tiempo o porque nadie en el Congreso crea en realidad que vayan a cambiar demasiado las cosas de ahora en adelante, lo cierto es que la reflexi n casi un nime del conjunto de fuerzas parlamentarias es que se trata de una gesticulaci n m s de cara a la galer a que un volantazo estrat gico de fondo. Entre otras cosas porque, en la pr ctica, los siete votos de Junts ya ejercen de oposici n al Ejecutivo en votaciones clave desde hace mucho tiempo. Aunque casi todo el mundo prefiere mantener la prudencia en el discurso p blico y mide muy bien cualquier cr tica, la conclusi n generalizada es que la deriva discursiva de los postconvergentes no tiene tanto que ver con los posibles incumplimientos del PSOE que denuncian sino con una cuesti n mucho m s mundana: que en las filas de Puigdemont cunde el p nico desde hace meses por la sangr a que se alan la totalidad de las encuestas respecto a la fuga de voto a la xen foba e independentista Alian a Catalana. Algo que explicar a el callej n sin salida al que parece enfrentarse Junts: no ser un socio del Gobierno de izquierdas de Pedro S nchez sin ser tampoco un aliado de la derecha espa ola de PP y Vox. En lo que coinciden tambi n la totalidad de socios del Ejecutivo es en que la actitud de Junts se ha convertido en un tap n para la legislatura. Todos nos estamos dejando nuestros pelos en la gatera en nuestros territorios y nos estamos mojando por mantener en pie un Gobierno que no es perfecto, pero que es infinitamente mejor, desde nuestro punto de vista, que una alternativa de este PP con la extrema derecha. Y tener la legislatura parada sin poder mejorar de verdad la vida de la gente nos achicharra a todos delante de nuestra gente y le pone la alfombra roja a la ultraderecha. Es una irresponsabilidad, y ya se lo hemos dicho , lamenta un diputado de uno de los socios del Gobierno que prefiere mantener un tono m s discreto en p blico. Las cr ticas expl citas m s duras llegan desde ERC, en choque frontal con sus antiguos aliados durante el proc s. Son muy pesados, pero algunos lo advertimos ya hace un a o. El del PP y Vox es su espacio ideol gico natural , dijo Gabriel Rufi n este martes en los pasillos del Congreso. El portavoz republicano apoy que si no aportan, se aparten , y predijo que, de ahora en adelante, se recrudecer la competici n entre S nchez y Feij o. Esto va ahora de qui n aguanta m s. De si aguanta Feij o las presiones para presentar una moci n de censura o si aguanta S nchez para convocar elecciones. Yo apuesto porque ser Feij o quien d el paso . En l nea con la postura mostrada por el Gobierno, con el anuncio de Puigdemont nada cambia tampoco para Sumar, que desde este lunes trata de desdramatizar el movimiento de Junts e insistir en que seguir n negociando con todas las partes para tratar de alcanzar acuerdos en el Congreso. As lo traslad este martes su portavoz parlamentaria, Ver nica Mart nez, pero tambi n varios de los partidos que forman la coalici n plurinacional. Yo s creo en la posibilidad de negociar con todos los grupos de esta C mara , dijo en una rueda de prensa en la que record que la aritm tica parlamentaria no ha cambiado. Como demuestra cada intento de reforma laboral, las negociaciones durante estos dos a os siempre han sido dif ciles con Junts y desde el grupo no creen que eso vaya a cambiar demasiado. A lo que nos dedicamos desde el Gobierno solo se consigue de una manera, que es negociando, dialogando y caminando hacia delante , insisti Mart nez: Sigo confiando en la capacidad de negociaci n . La idea tambi n la defendi la portavoz de los Comuns, Aina Vidal, aunque con un tono bastante m s duro hacia los independentistas catalanes. El camino del di logo no es f cil, pero es el camino , dijo en unas declaraciones en las que aprovech para recordar que la decisi n de los de Carles Puigdemont no va a beneficiar ni a Catalunya ni a su gente ni a su lengua . Busca debilitar la nica mayor a que hace posible que avancemos como catalanes , advirti Fuentes del grupo parlamentario tambi n tratan de trasladar tranquilidad y apelan a la necesidad del di logo. La complejidad no es nueva, vamos a seguir negociando norma a norma , sostienen en la direcci n del grupo, donde recuerdan que los independentistas son responsables con los temas en lo que tienen a la sociedad catalana detr s. Tenemos que ser m s inteligentes todav a y saber que hay algunas cosas que tienen m s posibilidades de salir , a ade. El PNV alerta de la agon a de la legislatura M s preocupados se muestran en el PNV. Los nacionalistas vascos creen que, aunque la legislatura es d bil desde el inicio , el presidente del Gobierno debe buscar un gran acuerdo en los pr ximos meses que implique recomponer la mayor a parlamentaria y hacer viable un mandato ahora varado. Entramos en una fase de agon a en la que, si el Gobierno no consigue aunar una mayor a positiva, esta es una fase ya poco sostenible hasta el final de la legislatura. Es muy dif cil mantener una legislatura si no se consigue un acuerdo que pudiera dar un poco de aire para poder terminar el mandato , dijo en el Congreso la portavoz vasca, Maribel Vaquero. M s distantes se mostraron en Podemos, alejados en lo discursivo tambi n del bloque de apoyo al Gobierno aunque, en la pr ctica, presten su apoyo al grueso de actividad legislativa del Ejecutivo. M s all de las excusas de Junts solo hay una persona que va a decidir c mo termina esta legislatura, que es el presidente , opin la secretaria general, Ione Belarra, en la rueda de prensa previa a la Junta de Portavoces del Congreso. El partido insiste en la idea de que S nchez est dispuesto a gobernar sin apoyo parlamentario y sin presupuestos, pero que no podr seguir adelante si no cambia el rumbo y hace pol ticas de izquierda. Lo que va a terminar con Pedro S nchez no es ni Junts ni la derecha sino su absoluta inacci n, esa ausencia de pol tica por la vivienda y el rearme criminal. El Gobierno ya ha demostrado que no va a hacer ninguna pol tica de izquierdas , insisti Belarra. En las filas socialistas ponen ahora la mirada en el cort simo plazo para poder calibrar hasta qu punto la en sima amenaza de Junts tiene recorrido o no. Y se alan como piedras de toque el pr ximo decreto importante del Gobierno que deber ser validado en el Congreso, el de las ayudas a los enfermos de ELA. O la ley de atenci n al consumidor negociada expl citamente con Junts para incluir las lenguas cooficiales en los servicios de atenci n al cliente. En base a esos pr ximos pasos, el PSOE volver a recalcular hasta d nde puede volver a llegar con Puigdemont dentro de su propia encrucijada: mantener en pie la legislatura de un Gobierno de izquierdas en base a las exigencias de un partido que pone ahora en el centro de su actividad pol tica la agenda antiinmigraci n que intenta arrebatar a la ultraderecha independentista catalana.

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