Sunday 19 October 2025
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eldiario - 2 days ago

Tiranosaurio Rex y los sátrapas

EEUU ha intensificado su presencia militar cercando Venezuela. Cuenta con la aliada perfecta, la ultraderechista María Corina Machado, bendecida con el Nobel de la Paz, que no se priva de ofrecer el petróleo que no es suyo a Donald Trump y anunciar una purga violenta de chavistas Todo esto ocurri antes, mucho antes incluso, y no parec a l gico que se reprodujera en tiempos en los que la educaci n y el progreso han alcanzado cotas inimaginables en otras pocas. La tiran a, el ejercicio de un poder autocr tico, est en el principio del m nimo indicio de vida social. El t rmino surge en la Antigua Grecia, pero saben que ya se us en otras civilizaciones anteriores. No debi ser casual que llamaran en su d a Tiranosaurio Rex a aquel lagarto cruel que vivi hace no menos de 66 millones de a os, uno de los depredadores m s feroces de la historia. Fue en el Maastrichtiense, en el Cret casualmente en lo que es hoy Am rica del Norte. Tant simo tiempo despu s, encontramos que preside Estados Unidos, un magnate sin escr pulos que parece heredero directo de esa manera de usar el poder en su provecho, para su gloria y satisfacci n. Ha formado un gobierno de s trapas y expande su hegemon a sobre otros territorios que se pliegan a sus deseos como ha ocurrido con los grandes tiranos de la historia. Europa muestra varios ejemplos. El jefe de la OTAN, sin ir m s lejos, es de los m s peligrosos en la idea de secundar el esp ritu del mandam s, autoproclamado emperador y gendarme del mundo. Me preguntaba si explicado as entender a lo que est ocurriendo esa inmensa pl yade de seres que aplauden que se premie con el Nobel de la Paz a la violencia estricta o con un galard n literario -dotado con un mill n de euros- a alguien que escribe como preso de un sarpullido hormonal adolescente un texto apresurado y simple para el consumo de adoradores de mitos de barro. Porque ellos son claves para que esto siga ocurriendo e incluso vaya a m s. Donald Trump sigue ejecutando lo que hasta congresistas y juristas estadounidenses califican de ejecuciones ilegales en aguas del Caribe para, oficialmente detener el narcotr fico que, sin pruebas, dice emanar de Venezuela, y con m s propiedad intentar tumbar a su gobierno y hacerse con su petr leo, mina de oro l quido y, por tanto, de peligro social para el pa s. Ha intensificado la presencia militar cercando Venezuela. Tambi n lo intentar con las anunciadas operaciones in situ de la CIA reeditando las antiguas costumbres de gobiernos estadounidenses. Cuenta con la aliada perfecta, la dirigente opositora de ultraderecha Mar a Corina Machado, bendecida con el Nobel de la Paz mientras no se priva de ofrecer el petr leo que no es suyo a Donald Trump y anunciar una purga violenta de chavistas... cuando llegue al poder en la parte trasera de un tanque estadounidense , como lo ha definido un brillante y estupefacto periodista norteamericano. Vibra de emoci n encendida una amiga y correligionaria de Corina Machado, lengua viperina del PP espa ol: Cayetana A lvarez de Toledo. Su encendida defensa de la Nobel de la Guerra venezolana fue coronada con aplausos en el Congreso de los diputados, mientras el PP y su corte medi tica siguieron denostando al presidente S nchez por no felicitarla. Por cierto lo ha hecho por fin el rey? Ah, que eso no se toca. Entretanto el jefe del Comando Sur del Ej rcito de EEUU, almirante Alvin Holsey, dimite sin apenas cumplir un a o en el cargo, disconforme con los ataques que le ordena el Pent gono contra barcos en el Mar Caribe. Van ya 27 asesinatos. En el ltimo ataque, la noche pasada, han matado a dos pescadores de Trinidad y Tobago para desesperaci n de sus familias. Ser a, al menos, el octavo alto cargo militar que le dimite a Trump, despu s de que l echara, al poco de llegar, a pr cticamente toda la c pula anterior. El ltimo hasta el momento hab a sido el general Thomas A. Bussiere del Estado Mayor del Aire. Lo hizo inmediatamente despu s de asistir a la reuni n a la que convoc el jefe del Pent gono, el inefable Pete Hegsetg, a militares de alta graduaci n para leerles la cartilla. Fuera homosexuales y barbudos del Ej rcito de los U.S.A, decret , y un regreso al est ndar masculino . Orden tambi n de prepararse para la guerra porque los enemigos se est n agrupando . Hegseth, al cargo del Ministerio de la Guerra, como ha vuelto a llamarse, exhort a los oficiales a dimitir si no pod an asumir sus nuevas directrices y as lo ha hecho alguno. Este jueves, decenas de periodistas abandonaron tambi n el Pent gono con todos sus equipos. Se niegan a aceptar la censura previa que impone Pete Hegseth: quiere prohibir la emisi n de toda informaci n que no haya sido aprobada por l. Se han ido desde el New York Times a la propia Fox News tan adicta a Trump Mientras Corina Machado toma nota, Donald Trump sigue usando el Departamento de Justicia para imputar a rivales diversos que l se ala. Es el caso de John Bolton, su exasesor de seguridad nacional con quien discuti . O las del ex director del FBI James Comey y la fiscal general de Nueva York, Letitia James. S , todo esto pas antes. Tiene Donald Trump algo de Cal gula y algo de Ner n, dos grandes tiranos de la historia y un mucho de pat n de cualquier tiempo y lugar. Como Cal gula ha llenado su gobierno de Incitatus varios, prestos al trote, s trapas que implementan sus deseos. De enorme popularidad Ner n, no parece cierto que mandara incendiar Roma, que incluso pudo ser un hecho casual, pero en cambio s que culp a los cristianos e hizo ejecutar a un buen n mero de ellos como chivo expiatorio que reclamaba el pueblo. Cada poca tiene sus dioses y demonios a quien exprimir. Muri asesinado, cuando se dispon a a suicidarse, a los 30 a os. Cal gula tambi n, a los 28. El imperio romano tard varios siglos en desmoronarse tras ellos a pesar de todo. Es el peligro cuando la degradaci n se enquista. Dos impeachments super Trump en su primer mandato librado por su partido, el Republicano. Ha vuelto a amenazar a Ham s con ir a Gaza y matarlos, que, para l y su c mplice Netanyahu, es tanto como decir los palestinos de todas las edades. 2.596 ni os han perdido a ambos padres durante el genocidio. Otros 53.724 al padre (47.804) o a la madre (5.920). Muchos de ellos est n heridos, incluso han sufrido amputaciones, Los trabajadores humanitarios han acu ado las siglas m s desgarradoras del mundo: WCNSF (ni o herido sin familiares supervivientes) . Morimos mucho. Nuestra muerte es tan cotidiana que los periodistas informan de ella como si dieran el parte del tiempo . escribe Mohamed El-Kurd, autor palestino, en su libro V ctimas perfectas . Hay tantas, en tantos lugares. No s c mo este mundo puede seguir viviendo con millones de personas narcotizadas por la frivolidad, con el ruido atronador del silencio culpable. Los ladridos locales son ya, en este contexto, textualmente insoportables.


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